domingo, 23 de diciembre de 2007

En Iran colgaron a nueve delincuentes

Ayer en Irán han colgado a nueve delincuentes por distintos delitos contra el género humano; violadores, ladrones y traficantes de drogas, entre otras prácticas no permitidas por los mahometanos. No se andan con chiquitas y las autoridades cumplen al pie de la letra sus leyes, porque respetan al pie de la letra El Coran. En el mundo occidental, no son tan duras las normas e incluso tiene una fuerte presencia, en éstos caso de corrupción humana, los derechos humanos. Lo de Irán, no es nuevo, pues a través de su historia nos hemos enterados de otras tantas ejecuciones. En una oportunidad, no hace mucho, un ingeniero ingles denunció que le habían robado un reloj de pulsera, al ladrón le cortaron la mano por el hecho, pero el ingeniero al cabo de un mes, se presentó a las autoridades iraníes y les comunicó que había encontrado su reloj y ellos, para que las cosas fueran “justas”, también le cortaron la mano al denunciante; como se puede apreciar, hubo apresuramiento y juzgaron por la palabra del denunciante y no por pruebas concretas. A veces se han ejecutados a personas, que con el tiempo se supo eran inocentes, pero ya era tarde, porque una vez muertos ya no resucitan. Nadie fuera de su nación puede juzgar el accionar de la justicia en otras latitudes, pero convengamos que a veces se cometen injusticias. Hay religiones que buscan darle otra oportunidad a los delincuentes para redimirlos del error, pero a juzgar por los hechos, hay algunas que no dan una segunda oportunidad. Los nueves hombres sentenciados en Irán, fueron colgados en una plaza pública, ante gran presencia de iraníes, como para decirles a los asistentes: “Esto no se debe hacer y si lo hacen, correrán la misma suerte”. El valor más preciado del humano es la vida y los Iraníes, lo saben bien.

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